Hoy conocí a Luis...
- magdafitipaldi
- 11 abr 2014
- 2 Min. de lectura
Hoy conocí a Luis y comprobé una vez más que no existen las coincidencias.
En Madrid hay un sol hermoso, clima de primavera, uno de esos días que te hacen acordar tanto al verano que te sentís inmensamente feliz porque los meses que faltan para que lleguen las vacaciones parecen acortarse de repente. Hoy llega mi madre, pero antes de ir a buscarla al aeropuerto decidí salir a recorrer y disfrutar del día. Empecé a caminar y al llegar a Plaza España me senté en un banquito y cerré los ojos, absorbiendo el calorcito. No había pasado un minuto cuando me cayo la primera gota. Mi mente,ya un poco españolarizada pensó, "¡Joder, pues es que me sigue la lluvia a donde sea que vaya!" Y cayo la segunda gota... Y la tercera... Y la cuarta. Entonces me levanté y, no dispuesta a que una lloviznita me arruine mi paraíso, me dirigí hacia un árbol para esperar que pase la nube gris. Al llegar a él me di cuenta de que no era la única que pretendía usar la naturaleza como paraguas.
Un señor, de unos 70 años, con pelo blanco, una mirada tranquila, vestido de pantalones verde oliva, camisa blanca a rallas y campera beige también había encontrado refugio bajo el mismo árbol. "No te preocupes que son unas gotas locas nomás, es una nube y ya se va". Se ve que el señor había notado mi cara de preocupada. Entonces nos pusimos a charlar...
Paró de llover, volvimos al banquito, salió el sol, pasaron cientos de turistas por en frente, vimos a una mujer muy borracha tropezarse en la calle, al banco de al lado vino un señor gordo a descansar, un asiático a almorzar, una mujer a atarse los cordones.... Y nosotros seguíamos de charla.
Su hija vive en Londres hace ocho años, se casó en noviembre y trabaja en un hotel, y su hijo que curiosamente también trabaja en un hotel vive en San Sebastián y tiene dos hijos - una nena y un varón. Él vive a dos cuadras de Plaza España, y me cuenta que desde la muerte de Franco España es muy distinta... Los jóvenes ya no respetan a sus mayores, se arma mucho lío de noche, el parece preocupado. También le preocupa la crisis y la situación sanitaria, especialmente los viejos (hablando en tercera persona) "que piensan que se pueden diagnosticar a si mismos". La corrupción también es un tema de interés, me cuenta que en España está cada vez peor. Hablamos de política, economía, la sociedad, los valores, de Venezuela y de Ucrania, del precio de la ropa española y del boom de Zara, de su trabajo en un restaurante y de donde se come mejor en España, de Sevilla, A Coruña, Barcelona y Euskadi, pasamos por ETA, Franco y Adolfo Suárez, rematando con Aznar, la Unión Europea, CFK, Chávez y los carteles de droga de México.
Y cuando quisimos acordar habían pasado más de dos horas. Entonces nos entró el hambre nos despedimos. "Me llamo Luis, y fue un gran placer hablar contigo guapa."
Seguramente nunca más vea a Luis, pero mientras que me alejaba, caminando para el lado contrario, pensé, "Dios sabía lo que hacia cuando mandó esa primera gota"
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